lunes, 17 de noviembre de 2008

Nuevas Fronteras del Vino


El mapa vitivinícola se modifica rápidamente en el mundo. De China a la Patagonia, la dinámica del vino abre nuevos campos en la última década.
Motivado por el cambio climático y las necesidades específicas de ciertos mercados, el vino gana terreno en rincones insospechados.
Está claro que el mundo cambia veloz delante de nuestros ojos. Y el mundo del vino cambia igual de rápido. Dos datos para da cuenta de ello. Este año se conocieron las estimaciones que afirman que China está llamada a ser el principal productor de vino del mundo antes de 2020. El otro, igualmente curioso, nos llega en este veranito en pleno invierno: en ciertas islas de la nórdica Finlandia hay un grupo de productores de vino haciendo sus primeras botellas.Nos explicamos mejor: que un pueblo que bebe en escudillas sus líquidos y que no conoce otro alcohol que la cerveza y el maotai –un fuerte aguardiente de arroz- esté camino de ser más grande que Francia en materia de vinos es todo un índice; índice tan inequívoco de cambio, como los es que Finlandia, el país de los bosques de coníferas, produzca algunos vinos de hielo en las islas Aland, frente a las costas de Suecia, un punto tan alto en latitud que equivale a hacerlo poco más al sur que Ushuaia.

¿Es que todo se ha vuelto loco?
Casos testigos La vid tiene la virtud de crecer en tierras que no son aptas para otros cultivos y así la producción de vinos de China se ha centrado en la margen sur del desierto del Gobi, una amplia región encerrada detrás de los Himalayas. Allí hay hoy unas 410 mil hectáreas plantadas por empresas globales que darán de beber y comer –también la uva de mesa es parte del plan- a su ingente población. Los vinos, dice todo aquel que los haya probado, son más bien olvidables todavía. Pero no hay que desestimar al gigante asiático.El caso de Finlandia no es más que testimonial del cambio climático que atraviesa el globo. Según publicara el New York Times hace poco, en las islas Aland el método de cultivo es más bien atípico: se rocían las vides con agua en primavera y otoño para producir hielo y envolver las plantas, igual que un iglú, y así evitar la muerte por heladas. Luego, elaboran unos cientos de botellas, que no pueden vender por motivos legales.
En este camino de expansión de la frontera vitivinícola sobre nuevos mundos, de China a Brasil y de Nueva Zelanda a Inglaterra, es que se inscribe la Patagonia, ahora sí, con derecho propio y posibilidades reales de elaborar grandes vinos, a diferencia de algunos de los casos citados. En eso, se parece más a China que a Finlandia, a pesar del frío que las vincula. Como se ve, no todo está hecho

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es icreible que china incursione en todo . Y que ya esten elaborando sus propios vinos. Creo que no se van poder diferenciar

Anónimo dijo...

Estos chinos ya no saben que hacer, que dejen producir a los que realmente saben, el vino es un arte y no una producción a escala como todo lo que hacen ellos.