Es muy común que a la hora de cenar todos sepamos exactamente qué cerveza es la que más nos gusta o prefiramos ordenar un trago que tenemos claro que el mozo lo sabrá preparar. Sin embargo, toda esa confianza y decisión desaparece a la hora de elegir un vino de toda una gran carta.
Se nos complica saber exactamente cuál es el que acompaña mejor nuestra comida y cómo es que se sirve correctamente. Pensando en eso es que debes despreocuparte porque ahora te daré algunos simples consejos para que sepas qué hacer y qué no y puedas disfrutar de una buena copa de vino.
Cuando se encuentran en un restaurante con una fina lista de vinos deben dejar espacio para sus gustos personales, y con esto me refiero a que las clásicas leyes no escritas de que el vino tinto va de la mano de las carnes rojas y el blanco de las aves y pescados no siempre tiene que ser así.
Dense la libertad de comer un salmón con vino tinto que queda exquisito, por ejemplo. En cuanto al cuerpo del vino es importante pensar en el cuerpo de la comida y no sobrepasar con el vino. Por lo tanto si van a comer un plato liviano puede ir perfectamente de la mano de un vino blanco ligero. A la hora de servir el vino es importante no servir toda la copa sino hasta la mitad, así el vino se oxigena mejor y se podrá beber de un modo más refrescante.
Otro dato a tener en cuenta es no mezclar un vino si recién han bebido un cóctel fuerte porque los gustos ahí no se combinan y no se puede disfrutar de la bebida, es mejor en esos casos esperar al menos 20 minutos. No compren el vino más barato porque por algo es tan económico, pero en estos momentos de crisis lo mejor es comprar los que están en rango medio de precio, así sabrás que tu dinero vale la pena esa vino.
Se nos complica saber exactamente cuál es el que acompaña mejor nuestra comida y cómo es que se sirve correctamente. Pensando en eso es que debes despreocuparte porque ahora te daré algunos simples consejos para que sepas qué hacer y qué no y puedas disfrutar de una buena copa de vino.
Cuando se encuentran en un restaurante con una fina lista de vinos deben dejar espacio para sus gustos personales, y con esto me refiero a que las clásicas leyes no escritas de que el vino tinto va de la mano de las carnes rojas y el blanco de las aves y pescados no siempre tiene que ser así.
Dense la libertad de comer un salmón con vino tinto que queda exquisito, por ejemplo. En cuanto al cuerpo del vino es importante pensar en el cuerpo de la comida y no sobrepasar con el vino. Por lo tanto si van a comer un plato liviano puede ir perfectamente de la mano de un vino blanco ligero. A la hora de servir el vino es importante no servir toda la copa sino hasta la mitad, así el vino se oxigena mejor y se podrá beber de un modo más refrescante.
Otro dato a tener en cuenta es no mezclar un vino si recién han bebido un cóctel fuerte porque los gustos ahí no se combinan y no se puede disfrutar de la bebida, es mejor en esos casos esperar al menos 20 minutos. No compren el vino más barato porque por algo es tan económico, pero en estos momentos de crisis lo mejor es comprar los que están en rango medio de precio, así sabrás que tu dinero vale la pena esa vino.
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